Somatic EXperiencing

Somatic Experiencing nace de la observación de los animales salvajes en su entorno. Aunque los animales salvajes están constantemente sometidos a estímulos de alta intensidad, donde muchas veces entra en juego su propia vida, raramente se traumatizan por ello. En cambio los seres humanos, que al igual que los animales, disponemos de los mecanismos que nos permiten hacer frente a situaciones de estrés físico ya sea agudo o crónico, parece que no sabemos como superar satisfactoriamente ciertas circunstancias. Quizás la respuesta esté escondida en el tipo de estrés con el que lidiamos en la sociedad actual.

En nuestros días, en esta sociedad en la que nos ha tocado vivir, el estrés físico está muy limitado y nos toca lidiar con otro tipo de estrés. Un estrés de índole más psicológico que físico. En nuestras ciudades ya no tenemos que recorrer kilómetros para buscar alimento ni vamos a servir de cena a un depredador. En cambio, nos enfrentamos a miradas o comentarios por los que nos sentimos amenazados.

Imaginemos por un momento una situación estresante para un conejo. Desde el cielo es atacado por un águila. En ese momento el conejo pone en funcionamiento todos los recursos que posee para poder huir de ese ataque. Moviliza un montón de recursos, de energía, para poder salir vivo de esa situación. Si lo consigue, el conejo (y el resto de los animales), descargará el exceso de energía sobrante. Esa descarga tiene como principal objetivo restaurar el propio equilibrio del sistema nervioso.

Los seres humanos por diferentes circunstancias, pese a que disponemos de los mismos mecanismos que los animales, hemos perdido esa capacidad de deshacernos de la energía sobrante y ésta puede quedar atascada en el sistema global pudiendo afectar al cuerpo en forma de dolores somáticos o de diferentes síntomas físicos y/o a la mente en forma de miedo, ansiedad, depresión …

Todos nosotros disponemos de mecanismos que nos permiten afrontar los sucesos estresantes o traumáticos que ocurren en nuestro día a día. Contamos con un sistema nervioso autónomo especialmente desarrollado para tal menester. Podemos llamar a ese mecanismo resiliencia innata. Esta resiliencia innata nos permite superar con éxito las situaciones traumáticas y poder expresarlas tal y como las vivimos sin que por ello nos veamos sobrepasados o abrumados por las mismas.

El sistema nervioso autónomo está diseñado para hacer frente a esas situaciones potencialmente peligrosas para nuestra integridad física o psicológica. Este sistema nervioso autónomo se divide en dos subsistemas llamados simpático y parasimpático. En situaciones potencialmente peligrosas para el individuo, el sistema nervioso autónomo simpático moviliza una gran cantidad de energía en lo que se denomina “sistema de ataque o huida” que lo que busca es poder responder satisfactoriamente a la situación de peligro. Una vez la situación de peligro ha pasado, el sistema nervioso autónomo parasimpático se encarga de retornar a la calma, estableciéndose así un equilibrio entre los dos sistemas. Este equilibrio entre los dos subsistemas del sistema nervioso autónomo ocurre en nuestra vida constantemente de forma natural.

Sin embargo hay ocasiones en el que las situaciones conllevan una alta carga emotiva que nos inunda y nos sobrepasa. En esas situaciones en las que nos vemos sobrepasados por los acontecimientos, ese equilibrio entre el sistema simpático y parasimpático se ve alterado. La energía movilizada para dar respuesta a la situación potencialmente peligrosa no puede cumplir con su cometido y se bloquea en el cuerpo. Es en esos momentos cuando nuestro sistema puede colapsar y fallar.

Desde Somatic Experiencing se dice que el suceso traumático en si, no es el responsable del fallo. Es nuestro propio sistema nervioso el que se ha visto sobrepasado por la intensidad del suceso, por nuestra falta de herramientas para lidiar con él o por nuestra propia educación. El lenguaje del cuerpo son las sensaciones en contraposición a los pensamientos que sería el lenguaje de la mente. Desde Somatic Experiencing se busca escuchar (sentir) las sensaciones del cuerpo para poder completar las descargas que en su día no pudieron llevarse a cabo. Cuando a esas sensaciones se les permite el espacio y tiempo que requieren, se pueden completar esas descargas y se puede restablecer el equilibrio dentro del sistema.

Somatic Experiencing es una terapia centrada en el cuerpo y en sus sensaciones. Cada suceso traumático significativo o situación de estrés significativa vivida lleva asociada una serie de sensaciones que son almacenadas en el cuerpo. El cuerpo lleva la cuenta de lo que le sucede. Tomando consciencia de las sensaciones sentidas podemos ayudar al cuerpo y a la mente a reequilibrarse. Es un proceso que va desde el cuerpo hacia la mente, de abajo a arriba. Y de esa manera se va aumentando el grado de resiliencia de la persona para afrontar los posibles sucesos del futuro.

Mantente informado de nuestras novedades